I
Pretendo hacer un análisis de la evolución de las tribus denominadas por los romanos autrigonas, caristias y várdulas (en la actualidad el territorio aproximado de las Provincias Vascongadas o País Vasco occidental) en relación con las tribus vasconas (en la actualidad, Navarra), a lo largo de la época goda, tras la caída del imperio romano occidental (siglos V al VIII), con especial énfasis en el examen del hipotético «celtismo» de Vascongadas o de parte de ellas, y de la también hipotética “vasconización tardía” de las tribus vascongadas por parte de Vasconia.
Las denominaciones empleadas para las tribus autrigonas, caristias y várdulas desaparecen de los textos escritos a partir de los godos, y solo aparece documentado el término “vascones”. De ahí surgen una serie de dudas: ¿colonizaron los vascones al resto de tribus vascas occidentales, esto es, a los autrigones, caristios y várdulos? ¿transmitieron los vascones, junto con su desplazamiento y asentamiento, el vascuence o euskera? ¿qué territorio abarcaba el término “Vasconia”? ¿existió un proyecto político-social común denominado Vasconia? ¿cuál fue la relación entre Vasconia, Aquitania y las tribus vascongadas citadas?
No hay unanimidad de criterio en el origen y delimitación del término Vasconia, ni en los límites geográficos del territorio, ni quiénes eran los vascones. Se especula sobre sus orígenes, vínculos étnicos, culturales y lingüísticos con los pueblos vecinos, en concreto con várdulos, caristios y autrigones, con versiones muy diferentes.
De ahí que interese analizar la hipotética colonización por parte de los vascones. Es decir, si los vascones se expandieron hacia el norte y noroeste e hicieron desaparecer a las otras tribus, de este a oeste, várdulos, caristios y autrigones (asentadas aproximadamente donde hoy se sitúan Gipuzkoa, Álava y Bizkaia), lo que defienden algunos historiadores; o si, por el contrario, cada una de las tribus se mantuvo en su originaria zona de asentamiento, con mínimos desplazamientos, pero sin que se produjera la conquista del resto de pueblos o tribus por los vascones.
II
Oihenart cree que “el linaje de estos tres pueblos (autrigones, caristios y várdulos), había desaparecido, al igual que su nombre, en su mayor parte, y que su país había sido ocupado, desde la época de los godos, por algún pueblo fuerte y aguerrido”, que no duda en identificarlo con el pueblo vascón, que “hacían frecuentes excursiones por las regiones vecinas, ya por odio a los godos, ya con el intento de dilatar sus fronteras”. A esta apreciación añade otros argumentos, “no débiles”, como la semejanza en el nombre, las costumbres o el uso de la misma lengua[1].
Schulten propone la tesis del incremento sucesivo del territorio de los vascones, mediante avances al norte y noroeste y sucesivas conquistas[2]. Según él, las primeras noticias sobre los vascones provienen de la guerra sertoriana, en los años 77 y 74. Entonces la región de los vascones empezaba en el sur, cerca de Calagurris (Calahorra) y en el norte confinaba con la de los berones; los vascones ocupaban el territorio del valle del Ebro superior, entre Calahorra y Logroño, pero se extendían también a través de las montañas hasta el océano, donde Oiasso (Pasajes) es su puerto. Y concluye:
“evidentemente, el valle superior del Ebro es su residencia primitiva, mientras que la extensión hasta el océano es el resultado de conquistas ulteriores”[3].
A su juicio, alrededor del año 580 d. C., los vascones se hallan en posesión de Álava (con Victoriacum, fundado por Leovigildo), y “probablemente” también de Bizkaia y de Gipuzkoa[4]. Desde su sede principal en el Ebro, se extendieron, conquistando, poco a poco, no tan solo la montaña de Navarra y la salida al mar, sino incluso el territorio de los várdulos, caristios y autrigones[5] (entre los años 150 y 580 de nuestra era), y haciendo incursiones en Aquitania en 587, llegaron hasta el Garona y dieron su nombre a la Gascuña (Vasconia-Guasconia).
Sánchez-Albornoz, se inclina a unirse a “tales ilustres autores” por diversas razones y afirma categóricamente que “los vascones vasconizan la depresión vasca”[6]. Sostiene que el mismo nombre de vascones, “parece haberles sido impuesto por los celtas y significa los orgullosos o los de las alturas, según uno de los filólogos españoles más acreditados de la hora de hoy”[7].
Es categórico cuando sostiene que, aunque se ignora la estirpe de los pueblos que ocupaban la depresión vasca (várdulos, caristios y autrigones), “solo sabemos que no eran vascones”[8], argumentando que los diferencian de ellos los geógrafos, la arqueología y la historia. Llega a sustentar que “no hablaban la misma lengua”, lo que “se deduce de los nombres de sus ciudades”, y continúa:
“La diversificación dialectal del vasco en tal comarca y los extraños parentescos entre dialectos del mismo usados en ella en zonas geográficamente alejadas acreditan su condición de lengua importada en el país ¿Serían (los várdulos, caristios y autrigones) rama desprendida del tronco cantábrico primitivo? Es probable, pero es seguro que a ese sustrato primitivo se unieron inmigrantes llegados al país en fecha remota. Várdulos aparecen en Iliria y en los Balcanes, caristios en la Liguria y en Grecia, y nadie duda del celtismo de los autrigones”[9].
En conclusión, sostiene que:
“los vascones se lanzaron a la conquista de la depresión vasca hacia el siglo V”, especulando con la posibilidad de que pudieron desplazarse hacia la depresión vasca “cuando los visigodos comenzaron a cruzar los Pirineos como conquistadores entrando por Pamplona, a partir de los días de Eurico (468-484)[10], subrayando que “… sobran datos geográficos, toponímicos, lingüísticos, sociales de esa entrada y de la colonización de la Euzkadi de hoy por los vascones…”[11].
La misma tesis sostienen Gómez Moreno y otros.
Bosch Gimpera discrepa de Sánchez-Albornoz y Schulten. A su juicio, la confusión proviene de que, en los autores antiguos, al describir una zona, lo hacían de modo incompleto por la escasez de datos, por lo que era práctica habitual que tendieran a generalizar, convirtiendo en genérico el nombre de los pueblos más importantes: en concreto, a los vascones se les consideraba como los principales del “grupo vasco” y su territorio era mayor que el de autrigones, caristios y várdulos. Plinio llamó várdulos a todos los habitantes del litoral vasco sin diferenciar las regiones y la diversidad de gentes, sin duda porque los várdulos fueron entonces los más distinguidos de los mareantes o gentes atrevidas que brillaron por su espíritu inquieto y audaz.
A juicio de Bosch Gimpera, esta ambigüedad en la designación de los pueblos ha inducido a algunos a excluir a los autrigones del grupo vasco para unirlos a los cántabros y a otros a propugnar la teoría de la colonización de los territorios del norte y noroeste por los vascones.
Lo que Bosch Gimpera admite es que sea fácilmente concebible que los vascones, desde su territorio originario, pudiesen avanzar o retroceder en el Ebro o caer sobre la llanura de Aquitania (de lo que da testimonio Gregorio de Tours), pero “una conquista de los valles vascos parece inverosímil y el solo silencio de las fuentes respecto al nombre de los demás pueblos vascos es insuficiente para comprobarla”[12].
También Caro Baroja niega tal desplazamiento hacia el noroeste, hacia el solar de várdulos, caristios y autrigones[13]. Mañaricua[14] atribuye el equívoco a la frase de la Crónica de Alfonso III en la que se dice “las Bardulias que ahora se llaman Castilla”[15] y concluye que “no tenemos un solo texto que pruebe el corrimiento de los vascones hacia occidente”[16].
En una línea equivalente, García de Cortázar sostiene que si bien pudiera dar la impresión de que los vascones se hubieran desplazado hacia el oeste, considera más probable que, aunque no se sepa cuáles fueron las verdaderas razones, “tal vez lo que se desplazara no fuera el pueblo sino el nombre de vascón” con el que desde la crisis del imperio romano hasta el siglo IX “se va a conocer indistintamente las tierras ocupadas por vascones, várdulos y caristios, tal vez, contempladas en la unidad que les daba un mismo idioma”[17]. Esta tesis de García de Cortázar demostraría la existencia de un fuerte vínculo entre las distintas tribus vascas al participar de un mismo idioma y formar todas ellas parte de lo que se puede denominar Euskal Herria.
Son de la misma opinión Barbero y Vigil, para quienes “pudo suceder que entonces se llamara vascones indistintamente a los que hablaban vasco”, es decir, también a los várdulos y caristios y parte de los autrigones, con lo que no se habría producido el corrimiento de los vascones hacia Gipuzkoa y Bizkaia, como pretendía Schulten y lo asentía Sánchez-Albornoz, sino que se trataría de la “extensión de un nombre étnico a un área geográfica mayor”, siendo los vascones los que hablaban la lengua indígena, el euskera en sus diversos dialectos[18].
A juicio de Besga Marroquín, “no hay ningún dato que avale la supuesta vasconización de las Vascongadas”, aunque reconoce que el peso de la teoría “ha sido tan enorme que ha sido muy difícil sustraerse a su influencia”[19].
Aunque hasta tiempos recientes no había opiniones discrepantes en lo que se refiere al desplazamiento de los vascones hacia el norte, al otro lado de los Pirineos, hacia Aquitania[20], en los últimos años también se cuestiona esa explicación histórica. Tanto en lo que se refiere a los movimientos de los vascones hacia el norte y el oeste como al origen histórico del euskera y su desplazamiento, se ha abierto un nuevo e incipiente debate en que se discuten cuestiones relevantes como la idea de un nuevo punto geográfico de origen del euskera en los valles pirenaicos o la insistencia acerca de la “euskaldunización tardía” de las Vascongadas e incluso de Navarra, discusión en la que no solo toman parte historiadores y arqueólogos, sino también epigrafistas, filólogos y vascólogos, con aportaciones y posiciones muy controvertidas[21].
III FUENTES
Dada la escasísima existencia de fuentes documentales, resulta imprescindible acudir a la búsqueda de otro tipo de fuentes además de las documentales, como son las inscripciones, los relatos de los geógrafos clásicos, los hallazgos arqueológicos, la epigrafía y la toponimia, que nos permitan acercarnos a una época de la historia de los territorios vascos y lograr nuevas aportaciones.
[1] OIHENART, Arnaldo, Notitia utriusque Vasconiae, op. cit., libro primero, capítulo VI, págs. 129 y 130.
[2] SCHULTEN, Adolf, “Las referencias sobre los vascones”, Revista Internacional de Estudios Vascos, 1923, págs. 225 a 240.
[3] Y añade: “Dichos límites subsisten todavía en Ptolomeo” (SCHULTEN, Adolf, “Las referencias…, op. cit., págs. 239 y 240).
[4] Por lo que se refiere a Bizkaia y gran parte de Gipuzkoa actuales la afirmación debe ser calificada como mera conjetura.
[5] Tampoco aquí aporta ninguna prueba.
[6] SÁNCHEZ-ALBORNOZ, Claudio, “Los vascones vasconizan la depresión vasca”, Vascos y navarros en su primera historia, op. cit., págs. 72 a 78. Lo mismo aparece en Orígenes de la Nación Española. “Estudios críticos sobre la historia del reino de Asturias”, I, Oviedo, 1972, págs. 101 a 106, y en Orígenes de la Nación española. El Reino de Asturias, obra resumen o antología de la anterior, op. cit., pág. 38 y sigs.
[7] SÁNCHEZ-ALBORNOZ, Claudio, Orígenes de la Nación Española…, op. cit., pág. 38. Sánchez-Albornoz no dice a qué filólogo se refiere, cuando afirma como probable el origen celta de la palabra “vascón”, e identifica su significado como “los orgullosos”, o los de “las alturas”. Surge una duda: o para el filólogo anónimo y para Sánchez-Albornoz los celtas hablaban vascuence (euskera) o, de no ser así, no da pruebas del origen celta de la palabra, ni rebate argumentalmente lo que se manifiesta en el Diccionario de la Academia y es defendido por muchos escritores y filólogos, esto es, su procedencia de la palabra vasca “baso” (monte, bosque) y del sufijo euskérico “ko” (de, procedencia).
[8] SÁNCHEZ-ALBORNOZ, Claudio, Orígenes de la Nación Española…, op. cit., pág. 36.
[9] SÁNCHEZ-ALBORNOZ, Claudio, Orígenes de la Nación Española…, op. cit., pág. 36.
[10] SÁNCHEZ-ALBORNOZ, Claudio, Orígenes de la Nación Española…, op. cit., pág. 60.
[11] SÁNCHEZ-ALBORNOZ, Claudio, Orígenes de la Nación Española…, op. cit., pág. 60.
[12] BOSCH GIMPERA, P., “Los celtas y el País Vasco”, RIEV, 1932, 23-3, pág. 463.
[13] CARO BAROJA, Julio, Los pueblos del norte de la Península Ibérica, pág. 77 y sigs.
[14] MAÑARICUA, “¿Vasconización de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya?”, en Vizcaya, siglos VIII al XI…, op. cit., págs. 25 a 37.
[15] Dentro de la frase de la Crónica de Alfonso III figura “Bardulies qui nunc uocitatur Castella” (las Bardulias que ahora se llaman Castilla). Ya en 1948, Ramos Loscertales mantuvo que jamás Castilla se llamó Bardulies y que nos encontramos simplemente ante “un desafortunado rasgo de erudición del autor de la Crónica” [RAMOS LOSCERTALES, J.M., “Los jueces de Castilla”, en Cuadernos de Historia de España, 10, 1948, 85 (cfr. MAÑARICUA, Vizcaya, siglos VIII al XI…, op. cit., págs. 28 y 29)], consideración que rechaza Sánchez Albornoz, aunque acepta Mañaricua (MAÑARICUA, Vizcaya, siglos VIII al XI…, op. cit., pág. 29).
[16] Las conclusiones de Mañaricua son muy claras: “1ª No puede pretenderse que las fronteras de los vascones hubieran permanecido inalteradas a lo largo de los siglos. Ciertamente se dieron variaciones; 2ª No se ha probado una expansión de los vascones a expensas de los várdulos y caristios tras de la caída del imperio romano. No hay base para admitir que, presionados los várdulos por los vascones, arrastraron consigo a los caristios hacia el suroeste; 3ª La extensión del nombre de vascones a tierras várdulas y caristias no implica necesariamente expansión y dominio político, aunque bien pudo ir acompañada y aun causada por modificaciones del estado político y militar, y 4ª No hay ningún fundamento para ver en una supuesta invasión vascona del siglo V el origen del euskera en Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. En otras palabras: no se puede hablar de que los vascones vasconizaran la depresión vasca” (MAÑARICUA, “¿Vasconización de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya?”, en Vizcaya, siglos VIII al XI…, op. cit., pág. 37).
[17] Apunta como una de las razones la “mayor fortaleza y prestigio del pueblo vascón”, en línea con lo argumentado por Bosch Gimpera (GARCÍA DE CORTÁZAR, José Ángel, Vizcaya en la Alta Edad Media, colección temas vizcaínos, año IX, núm. 105, editada por la Caja de Ahorros Vizcaína, septiembre, 1983, pág. 10); véase también GARCÍA DE CORTÁZAR, “Del Cantábrico al Duero”, en Organización social del espacio en la España medieval. La Corona de Castilla en los siglos VIII a XV (coord.), Ariel, Barcelona, 1985; en este trabajo habla de las posibles variadas y contrapuestas razones sobre la falta de acuerdo sobre localización de los “viejos étnicos” (Schulten y Sánchez-Albornoz de un lado, con su tesis del desplazamiento hacia el oeste de los vascones, y Caro Baroja y Mitxelena del otro, para quienes las formas dialectales del euskera dejaría sin sentido una “presunta vasconización de la depresión vasca”), razones que García de Cortázar esquematiza: “desplazamientos generales de los antiguos pueblos; simples desbordamientos parciales de su antiguo solar por cambios en sus dedicaciones económicas, o, más simplemente todavía, a deficiencias y confusiones de ubicación por parte de los primeros cronistas asturianos, que tienen ante sí, durante el siglo IX, una realidad algo distinta a la constatada por los romanos” (GARCÍA DE CORTÁZAR, ”Del Cantábrico al Duero”, Organización social del espacio en la España medieval……, op. cit., pág. 47); esta última explicación se asemeja a la dada por Bosch Gimpera.
[18] BARBERO, Abilio y VIGIL, Marcelo, “Sobre los orígenes sociales de la Reconquista”, págs. 7 a 72, Visigodos, cántabros y vascones en los orígenes sociales de la Reconquista, op. cit., pág. 41.
[19] BESGA MARROQUÍN, Armando, “El concepto de vascón en las fuentes durante los siglos VI-IX”, Letras de Deusto, vol. 23, núm. 61, 1993, págs. 58 a 68.
[20] Véase SANCHEZ ALBORNOZ, C. “Los vascones vasconizan la depresión vasca”, Vascos y navarros en su primera Historia, op. cit.; BARBERO, A., y VIGIL M., “Sobre los orígenes sociales de la Reconquista: cántabros y vascones desde fines del Imperio romano hasta la invasión musulmana”, en Visigodos, cántabros y vascones en los orígenes sociales de la Reconquista, op. cit.
[21] La televisión vasca emitió recientemente una serie documental titulada “Una historia de Vasconia: euskaldunización tardía”, en la que, según la propia ETB, “el documental mantiene la tesis de que antes del siglo VI en la Vasconia occidental no se hablaba euskera y afirma que a partir de esa época el euskera se consolidó en el entorno de la ciudad de Pamplona, procedente de los valles pirenaicos, desde donde se extendió por todo el territorio de Vasconia”. A juicio de la directora general de EITB, Maite Iturbe, “la teoría que presenta el documental sobre el euskera no está muy extendida, pero investigadores de diferentes campos han puesto sobre la mesa importantes descubrimientos y reflexiones. Este trabajo divulgativo es una aportación que contribuye a enriquecer el debate científico”. Sobre esta controversia véase ALTUNA ENZUNZA, Aitzol, Desmontando la vasconización tardía, libro elaborado por Amazon.com Columbia, SC, 30 de marzo de 2017, en el que el autor se opone a la tesis de la vasconización o euskaldunización tardía. Sobre esta cuestión volveré a en el apartado 11.2 al hablar de la historiografía lingüística en relación con el euskera.
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