Estrabón nació en Amasya (estado helenístico de Ponto, al noroeste de la península de Anatolia, actual Turquía) en el año 64-63 a.C. Su Geografía, escrita en griego, ha sido objeto de varios códices y ediciones en castellano a lo largo del tiempo[1]. La obra consiste en diecisiete libros que incluyen, además de información geográfica, datos históricos y etnográficos. El libro tercero es un tratado sobre la península ibérica, en el que se incluyen las referencias al «grupo vasco de población» que estamos comentando.
Estrabón recorrió gran parte de las regiones de Italia, el Lazio, Alejandría; viajó desde el Mar Negro hasta Abisinia, de norte a sur, y desde Armenia hasta Córcega y Cerdeña, pero nunca estuvo en los países occidentales, Galia, Britania e Iberia, ni, por tanto, en el País Vasco, ámbito central de nuestra investigación, por lo que sus textos sobre este conjunto de estos territorios que no visitó están basados en escritores anteriores, principalmente en Posidonio, geógrafo y etnógrafo, el autor más utilizado por Estrabón, que sí visitó la Galia e Iberia hacia el año 90 a.C., y también en Artemidoro o en Timágenes. En este sentido, el arqueólogo e historiador alemán Schulten (1870-1960) manifiesta que “los detalles que nos ofrece sobre las costumbres salvajes de los cántabros los oyó personalmente en Roma”[2].
En la descripción geográfica del norte peninsular, Estrabón expone las costumbres de un conjunto de pueblos a los que denomina “montañeses”, o “tribus de la sierra”[3]. Tras una extensa observación etnográfica común al conjunto de pueblos[4], concluye:
“esta es la vida de los montañeses, que ocupan el lado septentrional de Iberia: la de los gallegos, astures[5] y cántabros, hasta los vascones[6] y el Pyreneo, puesto que todos viven de la misma manera. Me sabe mal citar otros muchos nombres, cuando quisiera evitar el tedio de su desagradable escritura (por lo extraño de su forma) ya que a nadie puede gustar oír hablar de pletauros[7], bardyetas y allotrigas y otros nombres aún peores y más ininteligibles”[8].
En este párrafo se ve cómo, para Estrabón, los pueblos más reconocibles en el norte peninsular son los montañeses o serranos que, dada la redacción literal, con la conjunción copulativa “y”, se trata de un conjunto de pueblos con connotaciones comunes, los “gallegos, astures, cántabros hasta los vascones y el Pyreneo”. Sigue una enumeración de oeste a este, aunque no deslinda cada pueblo, con sus límites y fronteras, lo que trataremos de aclarar posteriormente.
El contenido de la descripción de Estrabón de las costumbres que se acaba de mencionar está tomado “de Posidonio, que era un gran etnógrafo”, matiza Schulten[9].
Obsérvese desde ahora que tras los cántabros menciona a los vascones, lo que no significa que en medio de ambos no haya otros pueblos, pues en el siguiente párrafo reconoce explícitamente que existían en ese territorio del septentrión “otros pueblos”, que no quiere citar porque tienen una desagradable escritura; no obstante, nombra tres de ellos: “pletauros”, “bardyetas” y “allotrigas”.
El erudito y filólogo Isaac Casaubon (1559-1614) , en sus «notas a Estrabón», identifica los “allotrigas” con los “autrigones”[10]. El geógrafo Juan López, que tradujo en 1787 la obra de Estrabón, dice en una nota que los “bardyetas” son un pueblo sobre el Ebro, cerca de la actual Calahorra[11].
Schulten recoge una idea comentada por el historiador alemán en otros trabajos anteriores, que reproduzco aquí en un texto cuyo tenor literal es el siguiente:
“los vascones están en la región de Pamplona y son los abuelos de los vascos de hoy”, pues, “habiendo tenido su sede en Pamplona más tarde se extendieron hasta la costa del Océano”[12].
Y para ampliar esta idea, en la que habla de “vascones” a los que considera ser los “abuelos” de los “vascos de hoy”, nos remite a su estudio “Las referencias antiguas sobre los vascos”[13], idea muy controvertida sobre la que ya me he referido en otros trabajos. De hecho, esta cita de Schulten está en el centro del debate historiográfico sobre lo que se denomina la “vasconización tardía de los vascongados”.
En los comentarios que figuran más adelante, Schulten explica que:
“los bardyetes”, que aparecen citados en Plutarco y Estrabón, “corresponden al latino vard-uli”, que “parece ser forma ibérica con el sufijo libio-ibérico –ulus.
Los várdulos estaban en el país del sur de San Sebastián, al oeste de los vascones, al este de los carietes.
Los “allotrigas son los autrigones, que están al este de los cántabros, al oeste de los carietes”. Y aclara que “Allo-“ se encuentra también en “allo-broges” y es de raíz céltica”[14].
Estrabón continúa con el relato de las características que considera forman parte de la personalidad “bárbara”, común a todos esos pueblos, “pues todos viven de la misma manera”, asevera. Y manifiesta que “es propia en ellos la inhumanidad y fiereza de costumbres, no solo en la guerra, sino también en paz, porque habitan apartados entre sí; por mar y tierra son largos los caminos para llegar a donde están, y de aquí resultó que, careciendo de comercio, perdieron la sociedad y trato”, aunque la presencia de los romanos les ha reconvertido y mejorado. Y Sigue su comentario:
“Hoy día son menos defectuosos por la paz y venida de los romanos; a donde estos no fueron quedó la gente más importuna y bárbara, cuyo vicio no es extraño crezca con velocidad cuando a muchos se les junta la incomodidad de los lugares y montes que poseen. Pero como ya he dicho, todas las guerras se extinguieron. César Augusto sujetó a los cántabros y sus pueblos vecinos que principalmente ejercían latrocinios y maldades; y aquellos que antes destruyeron a los romanos toman ahora las armas en su defensa como los coníacos y los que moran junto al origen del río Ibero, exceptuando los habitantes de la ciudad de Tuisi. El sucesor Tiberio, poniendo en estos lugares tres cohortes, que Augusto había destinado, no solo los apaciguó sino que los civilizó a muchos de ellos”[15].
“Resta explicar aquella costa marítima de España que hay desde las Columnas hasta el Pirineo, y todo lo mediterráneo que hay en aquella parte…”[16].
Dedica varias páginas al relato de la costa y más adelante, por lo que aquí interesa, al referirse a la nación de los jacetanos[17], dice:
“… esta, comenzando al pie del Pyreneo, se dilata en los campos, y toca los lugares vecinos a Ilerda[18] e Ileosca[19], que son de la región de los ilergetes[20], no lejos del Ibero. En estas ciudades acabó Sertorio su última guerra, en Calagurri[21], ciudad de los vascones, en la costa alrededor de Tarraco, en Dianio, de que ya hablamos, y después echado de Celtiberia, murió de enfermedad[22]. Poco después, cerca de Ilerda fueron vencidos por César Afranio y Petreyo, generales de Pompeyo…; desde Tarraco por los montes dichos hasta los últimos vascones que habitan el océano, cerca de Pompelon[23] e Idanusa, ciudades situadas en el mismo mar, hay un camino de 2400 estadios, que acaba en los límites de Aquitania y España. En los jaccetanos hizo guerra Sertorio contra Pompeyo, y después su hijo Sexto Pompeyo contra los enviados de Cesar. Sobre Jaccetania hacia el septentrión habitan los vascones, en los cuales está la ciudad de Pompelon, como si dijeras de Pompeyo. El lado del Pyreneo hacia España es rico de árboles, tiene bosques de todo género, siempre verdes; pero al lado de Galia carece de todo. Hay en el medio valles oportunos para habitarse. Estos por la mayor parte los tienen los cerretanos[24], nación española. Se componen entre ellos exquisitos perniles, tan buenos como los cantábricos, y de esto sacan mucho provecho. Subido, pues, Idubeda, al instante se ve Celtiberia, región ancha y desigual. La mayor parte es áspera y bañada de ríos; pues por esta corren el Guadiana y Tajo, y después otros que habiendo nacido en este sitio de España van al mar occidental. De estos, el río Duero riega a Numancia[25] y Seguncia. El Betis que nace en Oróspeda, corre por Oretania a la Bética. Desde los celtíberos hacia el septentrión están los berones, vecinos de los cántabros coniscos, los mismos que visten al modo de Galia. Su ciudad es Varia[26], situada en el tránsito del Ibero; están contiguos a los bardietas, que ahora se llaman bardyalos[27]. En el lado occidental viven los astures, galaicos, verones y carpetanos. Hacia el mediodía los oretanos, y todos los bastetanos y dittanos[28], que habitan el Oróspeda. Al oriente está el Idúbeda, y de los celtíberos divididos en cuatro partes moran allí los más útiles, y al mediodía los arévacos, casi unidos a los carpetanos, y a las bocas del Tajo…”[29].
En este largo texto menciona de manera poco clara varios «grupos de población», entre los cuales, por lo que a nosotros interesa, vuelve a citar a los «vascones» y a los «bardietas o bardyalos«, sin que podamos obtener una explicación clara de los límites geográficos de cada una de estas tribus.
En sucesivos capítulos continuaré con más fuentes literarias antiguas que irán aclarando lo que cada pueblo de lo que hoy es el territorio País Vasco o Euskal Herria era en la antigüedad. Para ello haré referencia a Ptolomeo, Plinio el Viejo y otros historiadores antiguos.
[1] Los diecisiete libros manuscritos de la obra de Estrabón dieron lugar a numerosas ediciones. Una de ellas que he manejado es el Libro tercero de la Geografía, que comprehende un Tratado sobre la España Antigua, hecha por don Juan López (Madrid, 1765-1825), geógrafo y cartógrafo, miembro de la Real Academia de Buenas Letras de Sevilla y de las Sociedades Vascongada y de Asturias, que no está hecha sobre el original griego, sino traducida del latín sobre la traducción latina de Casaubon, editado por la viuda de Ibarra, Hijos y Compañía, Madrid, 1787. En el “Prólogo”, el traductor explica que Isaac Casaubon (Ginebra, 1559, Londres, 1614), erudito y filólogo, editó la obra del geógrafo en 1587 en una primera ocasión y en 1596; lo corrigió posteriormente siendo publicada la corregida en París en 1620, seis años después de su muerte; Juan López reconoce que “solo he tenido presente la edición de Casaubon, y cuando hubo algún pasaje difícil procuré entender el original griego, de cuya lengua he adquirido bastantes ideas, aunque no suficientes para traducir obra tan vasta”; la edición incluye la “Introducción” de Teodoro Jansonio de Almeloven, correspondiente a la edición de Amsterdam de 1707, y los testimonios hechos por diversos eruditos sobre la obra de Estrabón; al pie de esta edición de Juan López figuran las notas de Casaubon junto con otras del propio traductor.
He manejado asimismo la edición de Adolf Schulten (Elberfeld, 1870-Erlangen, 1960), titulada Estrabón, Geografía de Iberia, edición, traducción y comentario por Adolfo Schulten, en Fontes Hispaniae Antiquae, fascículo VI, librería Bosch, Barcelona, 1952, que, según el historiador alemán “da el texto griego según los mejores códices y con aparato crítico y mi traducción es lo más verbal posible; el comentario es científico e indaga especialmente las fuentes de Estrabón”.
A lo largo del trabajo incluyo textos literales de la edición de Juan López, añadiendo notas de Casaubon, de Schulten y de Juan López, que expliquen o aclaren los textos de Estrabón.
El Libro Tercero contiene la descripción de España. Empieza desde el “Promontorium Sacrum” (cabo San Vicente, situado en el extremo sudoeste de Portugal, considerado por Estrabón como el punto más occidental no solo de Europa sino de toda la tierra habitada, del ecúmene o mundo conocido): describe primero la Bética y todo lo contenido entre este promontorio y las Columnas [Gibraltar de un lado, Ceuta o monte Musa del otro], exponiendo lo abundante de estas regiones en todo, especialmente en metales. Después trata de la Lusitania, de las costumbres de sus habitantes; después explica la Tarraconense, las costumbres y vida de sus gentes y todo lo restante de España, que se extiende desde las Columnas hasta los montes Pirineos. Finalmente describe las islas adyacentes a España.
Para conocer la biografía y las fuentes utilizadas por Estrabón en su Geografía, así como una extensa bibliografía, véase CHURRUCA ARELLANO, Juan de, “Fuentes de la Geografía de Estrabón”, Iura Vasconiae, 5/2008, págs. 269 a 340.
[2] Estrabón. Geografía de Iberia, edición de SCHULTEN. A., 1952, op. cit., pág. 2.
[3] Libro tercero de la Geografía de Estrabón, edición de JUAN LÓPEZ, op. cit., pág. 154 y sigs.; “tribus de la sierra” o “serranos” es la denominación que emplea Schulten (Estrabón, Geografía de Iberia, edición de SCHULTEN, A., op. cit., págs. 106 y 213).
[4] “Los montañeses, en dos estaciones del año se alimentaban con bellota de encina; la molían después de seca y con la harina amasaban panes; por eso a su tiempo hacían el repuesto necesario. También gastan (beben) cerveza: usan poco vino y cuando lo hay se consume pronto en convites con los parientes. La manteca de leche que llaman bútyro o “butyron” (palabra al parecer escítica) suplía las veces del aceite. Cenan sentados y tienen a este fin asientos construidos junto a la pared. Los primeros lugares se ceden a los mayores en edad y gobierno. La cena se lleva alrededor de todos. En medio de la bebida danzan al son de la flauta y guían el baile con trompeta, saltando unas veces; y otras se hincan de rodillas bajando el cuerpo recto. Lo mismo hacen en Bastetania las mujeres, teniéndose una a otra de la mano. Usan todos de vestido negro, se rebozan en capotes y duermen sobre camas de la misma hierba. Se sirven de vasos de cera como los celtas y las mujeres tienen vestidos de flores. En lugar de dinero pagan con cambios o dan un pedazo de lámina de plata. Precipitan los condenados a muerte desde unos peñascos, apedrean a los parricidas, sacándolos junto a ríos fuera de sus límites. Contraen matrimonios (con una mujer sola) al modo de los griegos. Exponen los enfermos en los caminos según costumbre antigua de los egipcios para que den remedio los que experimentaron la misma enfermedad. Se valieron de embarcaciones de cuero por las inundaciones, pantanos y lagunas hasta el tiempo de Bruto: ahora se sirven de algunas canoas o troncos de árboles excavados. Tienen sal purpúrea, pero se vuelve blanca al machacarla” (Libro tercero de la Geografía de Estrabón, edición de LÓPEZ, J., op. cit., págs. 154 a 157; Estrabón, Geografía de Iberia, edición de SCHULTEN, A., op. cit., págs. 106 y 107).
Schulten amplía los comentarios sobre estas costumbres en su edición: dice que las “tribus salvajes de la costa norte”, se distinguían de las de los lusitanos”; añade que “el beber solo agua pareció a Estrabón cosa bárbara, prefiriendo los pueblos clásicos el vino; el beber solo agua, como costumbre ibérica se menciona por Filarco hacia el año 200 a.C.,…; dormir en el suelo, sin cama, parecía bárbaro, pero también en los pueblos clásicos había tal costumbre, entre la gente pobre, como todavía hoy entre los países del sur…; por las comidas se ve que las tribus del norte tenían como animales domésticos sobre todo cabras…; sacrificar gran cantidad de animales u hombres de una vez, lo que aquí se llama hecatombe, con palabra griega, es costumbre también entre los cimbros germanos…; durante ocho meses vivían de bellotas, no bastando el trigo para más de cuatro meses, como es natural, en un país de sierras…; el uso de la cerveza contradice lo dicho antes, que eran bebedores de agua.., parece que la cerveza les llegó por los celtíberos que la consumían mucho…; el comer sentados llamaba la atención, comiendo los griegos y romanos clásicos echados en el triclinium (diván de tres plazas) y los galos echados en el suelo…; la distribución de los asientos según la graduación social era conocido también de los romanos, en cuyos triclinios los asientos correspondían al grado social de los comensales…; el baile era la gran pasión ya de los iberos, la costumbre descrita de bailar saltando existe todavía hoy en la sardana catalana; la danza de los bastetanos, tribu del sureste, en la cual toman parte mujeres y hombres dándose las manos, se ve pintada en uno de los magníficos vasos de Liria…; ; usan vasos de madera como los celtas…; la costumbre de poner los enfermos junto a los caminos, para que puedan consultar con los transeúntes no es de los egipcios como dice Estrabón, sino de los asirios, según Herodoto…” (Estrabón. Geografía de Iberia, edición de SCHULTEN, A., op. cit., págs. 213 a 218).
[5] “Ástoures o ástyres, los astures. Ocupaban una extensión mucho mayor que la actual provincia de Asturias. Por la costa se extendía desde el Navia (al oeste) hasta el Sella (al este). Por el interior, hasta más abajo de Astorga (Asturica Augusta), llegando en algún punto al Duero. La cordillera cantábrica dividíala en dos: la Asturia Transmontana, al norte de las sierras, y la Asturia Augustana, al sur. En esta última estaban las ciudades principales: Asturica Augusta, Lancia (cerca de León), Legio VII (León, con restos romanos importantes). Los textos antiguos dicen que los astures se llamaban así de un río, Astura, que parece ser el actual Esla” (CERRADA GARCÍA, José, autor de Tiresio el Termestino, editorial Tregolam, 2018, y titular del blog, https://tiresiotermestino.blog/wp-content/uploads/2018/02/geografia-de-estrabon-libro-iii.pdf, en el que figura el texto transcrito, nota núm. 177, pág. 72).
[6] En nota a pie de página, Juan López explica que “los vascones” son “pueblos de la España Tarraconense. Según los límites de Ptolomeo se extendían entre parte del océano Cantábrico y parte de los Pirineos; confinaban al oriente con el país de los suesitanos; al mediodía con el río Ibero y al occidente con el país de los várdulos. Plinio los pone junto a los cerretanos. Habitaron la Navarra, y cuando pasaron a la Galia para establecerse recibieron el nombre de gascones” (Libro tercero de la Geografía de Estrabón, edición de LÓPEZ, J., op. cit., nota núm. 178 a pie de págs. 157 y 158).
[7] “Los pleútauroi son los mismos plentouísoi que cita en el párrafo siguiente como habitantes hacia las fuentes del Ebro. Los bardyétai son los vardulli. Estrabón los llama luego (nota 262), más correctamente, como bardoúloi. Ocupaban gran parte de las provincias de Guipúzcoa y Álava. Los allótriges son los autrigones, gentes que residían al oeste de Álava y Vizcaya, y al este de Santander; por el sur, hasta cerca de Burgos” (https://tiresiotermestino.blog/wp-content/uploads/2018/02/geografia-de-estrabon-libro-iii.pdf, nota núm. 197, págs. 76 y 77). Schulten dice que “los pleutauroi sólo se mencionan aquí” (Estrabón. Geografía de Iberia, edición de SCHULTEN, A., op. cit., pág. 218).
[8] Estrabón, Geografía de Iberia, edición de SCHULTEN, A., op. cit., págs. 106 y 107; Libro tercero de la Geografía de Estrabón, edición de LÓPEZ, J., op. cit., págs. 157 y 158. En una versión en latín que aporta Larramendi se transcribe el siguiente texto: “Hic est montanis vivendi ritus quem commemoravi, eis, inquam, qui Boreale Hispaniae latus terminans, Callaicis, Asturibus, Cantabris, usque ad Vascones, & Pyrenem, cunctis enim eadem est vivendi formula. Vereor autem explicandis abundare nominibus, ne injucunda reddatur ipsa descriptio, nisi cuiquam voluptatis loco fiat, cum ad aures perveniant Pletauri, Bardietae, Allotriges, caeterique deformioris appellationis homines…Verum jam, ut dixi, omnia bella sunt sublata, nam Cantabros, qui maxime hodie latrocinia exercent, ijsque vicinos Caesar Augustus subegit… ut Coniaci, & qui ad fontes Iberi amnis accolunt, exceptis Tuisiis… E Regione autem Septentrionis Berones Celtiberis proximi, & Cantabris Coniscis habitant, & Bardietis, qui nunc Bardiali vocantur… His autem (nempe Callaicis) aspectantes ad Septentrionem montes propinqui sunt cum Asturibus, & Cantabris. Per Astures sane defluit Melsus amnis, paulomque remotum est oppidum Noega. Propem autem est Oceani refusio, Astures a Cantabris separans. De hinc montium sunt radices, usque ad Pyrenem” (LARRAMENDI, Manuel, Discurso Histórico sobre la antigua famosa Cantabria (cuestión decidida: si las antiguas provincias de Bizcaya, Guipúzcoa y Alaba estuvieron comprendidas en la Antigua Cantabria), por Juan de Zúñiga, Madrid, 1736, nota (a) a pie de pág. 81).
[9] Estrabón. Geografía de Iberia, edición de SCHULTEN, A., op. cit., pág. 219.
[10] “Los alotrigas, como supone Casaubon, son lo mismo que los autrigones; estos habitaban parte de la España Tarraconense, y según el padre Briet era hacia la provincia de Álava y Señorío de Vizcaya” (LÓPEZ, Juan, en ESTRABÓN, Libro tercero de la Geografía, que comprehende un Tratado sobre la España Antigua, op. cit., nota núm. 180, a pie de pág. 158).
[11] “Bardyetas o barduitas, que también los llama Estrabón bardyalos, son una antigua provincia de España sobre el Ebro, junto a los berones. Habitaban toda la parte septentrional de las montañas, no lejos del paraje donde se halla al presente Calahorra” (LÓPEZ, Juan, en ESTRABÓN, Libro tercero de la Geografía, op. cit., nota núm. 179 a pie de pág. 158).
[12] Estrabón. Geografía de Iberia, edición de SCHULTEN, A., op. cit., pág. 218.
[13] La remisión que hace es a “Las referencias sobre los vascones hasta el año 810 después de J.C.”, Revista Internacional de Estudios Vascos, RIEV, 1927, 18-2, texto sobre el que volveremos en próximos capítulos pues, como se ha dicho, están en el centro de esta investigación.
[14] Estrabón. Geografía de Iberia, edición de SCHULTEN, A., op. cit., págs. 218 y 219.
[15] Libro tercero de la Geografía de Estrabón, edición de LÓPEZ, J., op. cit., págs. 159 a 163.
[16] Libro tercero de la Geografía, de Estrabón, edición de LÓPEZ, J., op. cit., pág. 163.
[17] “Según Marca, a los jacetanos les correspondía el territorio que hay entre Solsona, Manresa y Cervera” (LÓPEZ, Juan, en ESTRABÓN, Libro tercero de la Geografía, que comprehende un Tratado sobre la España Antigua, op. cit., nota núm. 230, a pie de págs. 197 y 198).
[18] Lérida.
[19] Huesca.
[20] “Los ilergetes estaban al oriente de los vascones. Ptolomeo le da todo el territorio que hay desde el Pyreneo hacia Huesca, inclusive dicha ciudad, y bajando hasta Fraga y Lérida…; Maca pone por capital de los ilergetes a Lérida, declarando ser esta la que Livio llama Atanagia” (LÓPEZ, Juan, en Libro tercero de la Geografía de Estrabón, op. cit., nota núm. 233, a pie de pág. 199).
[21] Dos Calagurris: Nassica, hoy Calahorra, ciudad del obispado y Fibularia, hoy Loharre, en Huesca.
[22] En nota, Isaac Casaubon dice que “es falso que muriese de enfermedad, porque nadie ignora que a Sertorio le cortaron la cabeza los suyos estando bebiendo” (CASAUBON, Isaac, en ESTRABÓN, Libro tercero de la Geografía, op. cit., nota núm. 235, a pie de pág. 200).
[23] “Pompeiopolis, Pompelon o Pompilos, ciudad de la España Tarraconense en los vascones. Hoy, Pamplona, capital del reino de Navarra…” (LÓPEZ, Juan, en Libro tercero de la Geografía de Estrabón, op. cit., nota núm. 240, a pie de pág. 202).
[24] “Habitantes de la antigua Cerdania, que corresponde hoy día al territorio de Puigcerdá y condado de Urgel, en el principado de Cataluña…” (LÓPEZ, Juan, en Libro tercero de la Geografía de Estrabón, op. cit., nota núm. 242, a pie de pág. 203).
[25] “Ciudad de la España Tarraconense en el país de los arévacos, junto a los pelendones de Celtiberia, que fue muy célebre por su vigorosa resistencia contra la republica romana, padeciendo durante catorce años un duro asedio y una guerra violenta” (LÓPEZ, Juan, en ESTRABÓN, Libro tercero de la Geografía, op. cit., nota núm. 243, a pie de pág. 204).
[26] “Flórez la coloca media legua al oriente de Logroño, donde hasta hoy muestra un pequeño pueblo las ruinas del antiguo y conserva el nombre sin más alteración que una letra, pues se intitula Varea” (LÓPEZ, Juan, en Libro tercero de la Geografía de Estrabón, op. cit., nota núm. 245, a pie de pág. 205).
[27] Para Casaubon, “acaso serán los várdulos. En Ptolomeo parecen los bárdulos. Plinio IV, c. 22 confunde los túrdulos con los bárdulos, y lo sigue, como también Tapori, nombre según creo de otra nación, no sobrenombre de los túrdulos, como quieren algunos hombres doctos. Los bargusios de Polybio no sé si pertenecen aquí. Véase Estéfano” (CASAUBON, Isaac, en Libro tercero de la Geografía de Estrabón, op. cit., nota núm. 246, a pie de pág. 206).
[28] “El país de los dittanos no se encuentra en ningún escritor. Pueden ser los edetanos o los Thitti de Polybio, como trae la Martiniere en su Diccionario Geográfico” (LÓPEZ, Juan, en Libro tercero de la Geografía de Estrabón, op. cit., nota núm. 247, a pie de pág. 206).
[29] Libro tercero de la Geografía de Estrabón, edición de LÓPEZ, J., op. cit., págs. 197 a 207.
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